“Ritual, más no templo”. Aldo Vicencio canta o no canta en un lenguaje que se sabe incapaz de construir. P Ú L S A R es un libro que abrasa y abraza intentando autoformarse a partir de una imposibilidad, un lenguaje que se enuncia para disiparse. El verso engendra dos cuerpos que se funden: Un cuerpo mesiánico descompuesto y un cuerpo mortal enfermo. Ambos inflexiones del destino entrópico del lenguaje hacia el descarne. Pero P Ú L S A R esconde otra lectura alejada del pesimismo lingüístico-metafísico. Quien logre soportar el “pudridero en adoración”, llegará a la promesa del silencio hueco como la cúspide ambiguamente cristiana de una voz lírica que, a su pesar, se mantiene creyente y aferrada a una carne que se niega a limitar como suya. Quizá la ausencia del mesías es la única manera de enunciar la posibilidad de otro tiempo: comunión de verdad para los cuerpos mutilados y sin voz.
ESTEBAN LÓPEZ ARCIGA
La poética de Alejandro Massa se sustenta en una explosión de
imágenes visuales y sensoriales de gran originalidad. Con una
musicalidad envolvente luce toda clase de recursos líricos que hacen de
su lectura una experiencia profunda y placentera que recomiendo a todo
lector de poesía.
Laura Yasan,
Buenos Aires, Argentina, 2019.
El ukiyoe shunga, rebosante arte explícito, no es la representación del sexo, sino el deseo captado que se expresa en subjuntivo y consigue imágenes irreproducibles.
En el shunga, los amantes son estampas del mundo flotante o poemas plácidos e improductivos.
Un descuido que no da cuidado, diría Quevedo.