
La extrema cercanía de la nada
La extrema cercanía de la nada es una alegoría a todo lo que permanece oculto, a lo no visible, a lo que puede caber en la memoria. Alude también a todos los recuerdos, bellos, tristes, a la ausencia, al silencio, a la fuga del tiempo, la pérdida de seres muy queridos que no han podido acompañarme en toda mi andadura, pero que, a pesar de eso, están en mí. Sus páginas se acercan también a la muerte, así como a esas pequeñas muertes cotidianas con las que me reinvento.
Al dolor, al amor, la amistad, la soledad sin forma definida, como el aire, la luz, la densidad de la sombra, todo tan cerca, todo un cúmulo de sensaciones y sentimientos no materializados.
Eso es la nada aunque ,contrariamente, para mí sea la suma de todo lo que vivo, por lo que vivo para escribir, para crear esa íntima conexión con el hombre exterior, al que conocéis, el que no tiene nada, con el hombre oscuro, tierno y duro a la vez, pero siempre sensible y receptivo, siempre en movimiento.